Un imparcial Vista de hermanos

La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es excluir su propia alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad con su pobreza, castidad y obediencia, vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o congregación.

La iglesia es el útil de Jehová para expresar su compasión y preocupación por el mundo. La iglesia es indispensable para los creyentes cristianos.

Por el Bautismo los cristianos son liberados del pecado y regenerados como hijos de Jehová, llegan a ser miembros de Cristo y son incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su comisión.[61]​

La Iglesia católica actualmente cuenta con misioneros religiosos y laicos de ambos sexos que realizan de forma regular obras sociales, tanto materiales como de apoyo moral y espiritual.

Iglesia fría: en este caso hablamos de un derecho de orfelinato en Venerable que se obtenía en la decadencia.

Una de las decisiones más importantes que debe tomar la Iglesia es la disyuntiva de un nuevo Papa, cuando el mandato del antecedente finaliza por su renuncia o homicidio.

La [[Iglesia Griega es en la Hogaño un solo cisma Particular. Ninguna de las organizaciones protestantes ha pretendido nunca una delegación universal. No reclaman el derecho a convertir a sus creencias a las naciones cristianizadas de Europa. Incluso respecto a los paganos, durante casi doscientos abriles la empresa misionera fue desconocida entre las organizaciones protestantes. En el siglo XIX, es cierto, muchos de ellos desplegaron un celo no pequeño en la conversión de los paganos, y contribuyeron con grandes sumas de capital a esta finalidad. Pero los resultados obtenidos fueron tan inadecuados como para alegar la conclusión de que la bendición de Dios no apoya la empresa. (Ver Misiones Católicas; Protestantismo).

Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada singular de sus miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma santa pues santo es su fundador y santos son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, pero que ellos realizan una acto santificadora, especialmente aquellos que han apurado un suspensión categoría de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia.

La importancia de la comunidad en la Biblia no puede ser exagerada. La iglesia como un solo cuerpo implica que los cristianos no sólo pertenecen a Jesucristo, sino aún los unos a los otros. La comunión con Cristo y con los demás hace de los creyentes una sola grupo unida en el aprecio.

Confesar los pecados mortales al menos una oportunidad cada año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.

Asociaciones privadas de fieles: un grupo de fieles que se organiza libremente sin la intervención formal de la clasificación de la Iglesia, aunque su constitución debe ser notificada a las autoridades eclesiásticas competentes. Estas asociaciones no actúan en nombre de la Iglesia, sino por iniciativa de los laicos.

Es posible abandonarse la Iglesia mediante «un acto formal» de defección llamado Apostasía, cumpliendo con la manifestación formal de la voluntad de realizar tal acto frente a la autoridad eclesiástica competente.

La teoría de M. Loisy respecto a la organización de la Iglesia ha atraído tanta atención en primaveras recientes como para protestar una breve reseña. En su obra, “L’Evangile et l’Eglise”, acepta capilla muchas de las opiniones sostenidas por críticos hostiles al catolicismo, y prostitución mediante una doctrina de crecimiento de reconciliarlos con alguna forma de adhesión a la Iglesia. Insiste en que la Iglesia es de la naturaleza de un organismo, cuyo principio animador es el mensaje de Jesucristo. Este organismo puede padecer muchos cambios de forma externa, conforme se desarrolla de acuerdo con sus necesidades internas, y con los requerimientos de su medio concurrencia. Aun Ganadorí mientras estos cambios sean los demandados para que el principio imprescindible pueda preservarse, son de carácter no esencial.

Cuando la Iglesia señala a la santidad como una de sus notas, es manifiesto que lo que quiere asegurar es una santidad de tal clase que excluye la suposición de cualquier origen natural. La santidad que distingue a la Iglesia correspondería a la santidad de su Fundador, del Espíritu que habita en ella, de las gracias que se conceden a través de ella.

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